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La AFP pierde con Michèle Léridon una figura emblemática
Los trabajadores de la Agencia France-Presse, en Francia y en el resto del mundo, han recibido con estupor e infinita tristeza la noticia de la muerte, a los 62 años, de Michèle Léridon, exdirectora de la Información y figura unánimemente respetada de la Agencia.
Antes de pasar a integrar en 2019 el Consejo Superior del Audiovisual (CSA) francés, Michèle trabajó 37 años en la Agencia durante los que personificó los valores esenciales: exigencia profesional y atención a los demás.
«Michèle me enseñó mucho a mi llegada a la AFP, cuando era directora de Información. Encarnaba para mí los valores humanos que me gustan en la Agencia: empatía, curiosidad por todo, rectitud, juicios ponderados y sentido del humor. Era una persona formidable, enamorada de la vida», ha comentado el presidente de la Agencia, Fabrice Fries.
«Estamos todos conmocionados y destrozados por el súbito fallecimiento de Michèle. Era, no solo una periodista extraordinaria, sino también una jefa de la redacción de la AFP valiente, muy admirada por su honestidad y su integridad. Era un enorme placer trabajar con ella», ha reaccionado Phil Chetwynd, quien le sucedió en 2019.
Movida por una insaciable curiosidad intelectual, Michèle pasó su vida profesional explorando nuevos terrenos. Como reportera, creó la sección «ciudad periferia». Fue la primera mujer nombrada directora de la Redacción y lanzó dos becas para reclutar nuevos talentos que siguen vigentes hasta hoy.
Se apasionó tanto por la actualidad social de Francia como por la de África y se convirtió en la primera «redactora jefa para África» de la Agencia cuando regresó de un puesto en África Occidental.
Nombrada directora de Información en 2014 por el entonces presidente Emmanuel Hoog –también fue la primera mujer en ocupar este cargo–, Michèle integró la actividad de vídeo en el corazón de las diferentes redacciones de la AFP y, junto a Phil Chetwynd, entonces redactor jefe central, convirtió a la AFP en la primera agencia en comprometerse de manera clara y determinada en la lucha contra la desinformación.
También fue pionera en la batalla por un acceso más equitativo de las mujeres a los puestos de responsabilidad en la Agencia, y contra los estereotipos en la representación de las mujeres en los medios de comunicación. El feminismo fue sin duda una de las pocas convicciones que se autorizó a mostrar en público.
Michèle deja un compañero –a quien conoció cuando era directora de la oficina de la AFP en Roma– y tres hijos –uno de ellos periodista en la AFP– a los que la AFP acompaña de todo corazón en su tristeza.